El BANCO COMÚN DE CONOCIMIENTOS
jueves, 24 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
EDUCACIÓN EN COMPETENCIAS
INFORMACIÓN DE EROSKI
Las competencias básicas en educación
Son las habilidades que debe adquirir un estudiante durante la escolarización obligatoria
La introducción que la Ley Orgánica de Educación (LOE) hace en el currículo escolar español del término "competencias básicas" no es una mera definición de un concepto, sino que implica una completa reformulación de los métodos de enseñanza. Del "saber" al "saber hacer", de "aprender" a "aprender a aprender"; el objetivo es que, una vez cumplida la etapa de escolarización obligatoria, los jóvenes hayan alcanzado una serie de competencias que les permitan incorporarse a la vida adulta y al mercado laboral de manera satisfactoria.
Autor: Por MARTA VÁZQUEZ-REINAFecha de publicación: 19 de marzo de 2008
Saber sumar, restar, multiplicar o dividir ya no es suficiente para que un alumno de primaria supere con éxito una evaluación matemática. Si este alumno no es capaz de aplicar estas operaciones a un contexto real de la vida cotidiana, no habrá conseguido desarrollar una de las competencias básicas a las que se orienta el aprendizaje de este área de formación y por tanto no habrá alcanzado los objetivos de la asignatura. Y es que, a partir de ahora, tanto los objetivos de cada área de aprendizaje o materia, como los criterios de evaluación, la organización del centro, la participación de las familias... todos los aspectos formales y no formales que afectan a la educación de los jóvenes en España se orientan hacia la adquisición final de lo que la LOE denomina Competencias Básicas.
El currículo de Primaria y Secundaria se ha diseñado en función de estas competencias
Este término, presente en nuestro sistema educativo desde su introducción por parte de la LOE en el currículo tanto de educación Primaria como Secundaria, se refiere a aquellas competencias que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida. De este modo, el currículo de las áreas o materias de las diferentes etapas educativas obligatorias se ha diseñado de manera que cada una contribuya, en mayor o menor medida, al desarrollo y adquisición de ocho competencias básicas:
•Competencia en comunicación lingüística.
•Competencia matemática.
•Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
•Tratamiento de la información y competencia digital.
•Competencia social y ciudadana.
•Competencia cultural y artística.
•Competencia para aprender a aprender.
•Autonomía e iniciativa personal.
¿Por qué se han introducido estas competencias en el currículo? Principalmente como una respuesta a la nueva demanda en materia de educación que requiere la sociedad actual. Una educación y formación que, más que enfocada a la pura adquisición de conocimientos se oriente al desarrollo de destrezas y habilidades que resulten útiles para los jóvenes a la hora de desenvolverse de manera autónoma en la vida diaria. Es decir, además de "saber" los alumnos deben saber aplicar los conocimientos en un contexto real, comprender lo aprendido y tener la capacidad de integrar los distintos aprendizajes, ponerlos en relación y utilizarlos de manera práctica en las posibles situaciones o contextos a los que se tengan que enfrentar diariamente.
Pero la introducción de estas competencias en el currículo no afecta únicamente al diseño de las áreas de aprendizaje, sino que también implica un cambio en la organización escolar, ya que ésta contribuirá también a la adquisición de las competencias básicas. Las normas internas de los centros, las instalaciones de que dispongan, la organización de la biblioteca escolar, las actividades extraescolares... todo ello debe estar orientado a facilitar el desarrollo de estas competencias. Asimismo, la labor del profesorado es fundamental para alcanzar los objetivos marcados por las competencias básicas que, además de los cambios que implica en el modo de enseñar, deberán evaluar a los alumnos no sólo por los conocimientos adquiridos, sino en la medida que estos han contribuido a la adquisición de las competencias y deben enfocar la acción tutorial a este objetivo, orientando y estimulando de manera personalizada el proceso de aprendizaje de los alumnos.
Las Competencias
Competencia en comunicación lingüística: La adquisición de esta competencia supone que el estudiante es capaz de utilizar correctamente el lenguaje tanto en la comunicación oral como escrita, y asimismo saber interpretarlo y comprenderlo en los diferentes contextos. Debe permitir al alumno formarse juicios críticos, generar ideas y adoptar decisiones. En el caso de lenguas extranjeras, significa poder comunicarse en alguna de ellas de modo que se enriquezcan las relaciones sociales y favorezcan el poder desenvolverse en contextos diferentes.
Competencia matemática: Supone poseer habilidad para utilizar y relacionar números, sus operaciones básicas y el razonamiento matemático para interpretar la información, ampliar conocimientos y resolver problemas tanto de la vida cotidiana como del mundo laboral.
Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico: Es la habilidad para desenvolverse de forma autónoma en distintos ámbitos como la salud, el consumo o la ciencia, de modo que se sepa analizar, interpretar y obtener conclusiones personales en un contexto en el que los avances científicos y tecnológicos están en continuo desarrollo.
Tratamiento de la información y competencia digital: Esta competencia se refiere a la capacidad del alumno para buscar, obtener, procesar y comunicar información y trasformarla en conocimiento. Esto supone habilidad para acceder a la información y transmitirla en diferentes soportes, así como hacer uso de los recursos tecnológicos para resolver problemas reales de modo eficiente.
Competencia social y ciudadana: Entre las habilidades de esta competencia se incluyen el conocerse y valorarse, saber comunicarse en diferentes contextos, expresar las ideas propias y escuchar las ajenas, comprendiendo los diferentes puntos de vista y valorando tanto los intereses individuales como los de un grupo, en definitiva habilidades para participar activa y plenamente en la vida cívica.
Competencia cultural y artística: Esta competencia se refiere a la capacidad de conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente las distintas manifestaciones culturales o artísticas, así como saber emplear algunos recursos de la expresión artística para realizar creaciones propias.
Competencia para aprender a aprender: Se refiere al aprendizaje a lo largo de la vida, es decir a la habilidad de continuar aprendiendo de manera eficaz y autónoma una vez finalizada la etapa escolar. Esto implica, además de tener conciencia y control de las propias capacidades y conocimientos y estar debidamente motivado, el saber utilizar adecuadamente estrategias y técnicas de estudio.
Autonomía e iniciativa personal: Responsabilidad, perseverancia, autoestima, creatividad, autocrítica o control personal son algunas de las habilidades relacionadas con esta competencia, unas habilidades que permiten al estudiante tener una visión estratégica de los retos y oportunidades a los que se tiene que enfrentar a lo largo de su vida y le facilitan la toma de decisiones.
Las competencias básicas en educación
Son las habilidades que debe adquirir un estudiante durante la escolarización obligatoria
La introducción que la Ley Orgánica de Educación (LOE) hace en el currículo escolar español del término "competencias básicas" no es una mera definición de un concepto, sino que implica una completa reformulación de los métodos de enseñanza. Del "saber" al "saber hacer", de "aprender" a "aprender a aprender"; el objetivo es que, una vez cumplida la etapa de escolarización obligatoria, los jóvenes hayan alcanzado una serie de competencias que les permitan incorporarse a la vida adulta y al mercado laboral de manera satisfactoria.
Autor: Por MARTA VÁZQUEZ-REINAFecha de publicación: 19 de marzo de 2008
Saber sumar, restar, multiplicar o dividir ya no es suficiente para que un alumno de primaria supere con éxito una evaluación matemática. Si este alumno no es capaz de aplicar estas operaciones a un contexto real de la vida cotidiana, no habrá conseguido desarrollar una de las competencias básicas a las que se orienta el aprendizaje de este área de formación y por tanto no habrá alcanzado los objetivos de la asignatura. Y es que, a partir de ahora, tanto los objetivos de cada área de aprendizaje o materia, como los criterios de evaluación, la organización del centro, la participación de las familias... todos los aspectos formales y no formales que afectan a la educación de los jóvenes en España se orientan hacia la adquisición final de lo que la LOE denomina Competencias Básicas.
El currículo de Primaria y Secundaria se ha diseñado en función de estas competencias
Este término, presente en nuestro sistema educativo desde su introducción por parte de la LOE en el currículo tanto de educación Primaria como Secundaria, se refiere a aquellas competencias que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida. De este modo, el currículo de las áreas o materias de las diferentes etapas educativas obligatorias se ha diseñado de manera que cada una contribuya, en mayor o menor medida, al desarrollo y adquisición de ocho competencias básicas:
•Competencia en comunicación lingüística.
•Competencia matemática.
•Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
•Tratamiento de la información y competencia digital.
•Competencia social y ciudadana.
•Competencia cultural y artística.
•Competencia para aprender a aprender.
•Autonomía e iniciativa personal.
¿Por qué se han introducido estas competencias en el currículo? Principalmente como una respuesta a la nueva demanda en materia de educación que requiere la sociedad actual. Una educación y formación que, más que enfocada a la pura adquisición de conocimientos se oriente al desarrollo de destrezas y habilidades que resulten útiles para los jóvenes a la hora de desenvolverse de manera autónoma en la vida diaria. Es decir, además de "saber" los alumnos deben saber aplicar los conocimientos en un contexto real, comprender lo aprendido y tener la capacidad de integrar los distintos aprendizajes, ponerlos en relación y utilizarlos de manera práctica en las posibles situaciones o contextos a los que se tengan que enfrentar diariamente.
Pero la introducción de estas competencias en el currículo no afecta únicamente al diseño de las áreas de aprendizaje, sino que también implica un cambio en la organización escolar, ya que ésta contribuirá también a la adquisición de las competencias básicas. Las normas internas de los centros, las instalaciones de que dispongan, la organización de la biblioteca escolar, las actividades extraescolares... todo ello debe estar orientado a facilitar el desarrollo de estas competencias. Asimismo, la labor del profesorado es fundamental para alcanzar los objetivos marcados por las competencias básicas que, además de los cambios que implica en el modo de enseñar, deberán evaluar a los alumnos no sólo por los conocimientos adquiridos, sino en la medida que estos han contribuido a la adquisición de las competencias y deben enfocar la acción tutorial a este objetivo, orientando y estimulando de manera personalizada el proceso de aprendizaje de los alumnos.
Las Competencias
Competencia en comunicación lingüística: La adquisición de esta competencia supone que el estudiante es capaz de utilizar correctamente el lenguaje tanto en la comunicación oral como escrita, y asimismo saber interpretarlo y comprenderlo en los diferentes contextos. Debe permitir al alumno formarse juicios críticos, generar ideas y adoptar decisiones. En el caso de lenguas extranjeras, significa poder comunicarse en alguna de ellas de modo que se enriquezcan las relaciones sociales y favorezcan el poder desenvolverse en contextos diferentes.
Competencia matemática: Supone poseer habilidad para utilizar y relacionar números, sus operaciones básicas y el razonamiento matemático para interpretar la información, ampliar conocimientos y resolver problemas tanto de la vida cotidiana como del mundo laboral.
Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico: Es la habilidad para desenvolverse de forma autónoma en distintos ámbitos como la salud, el consumo o la ciencia, de modo que se sepa analizar, interpretar y obtener conclusiones personales en un contexto en el que los avances científicos y tecnológicos están en continuo desarrollo.
Tratamiento de la información y competencia digital: Esta competencia se refiere a la capacidad del alumno para buscar, obtener, procesar y comunicar información y trasformarla en conocimiento. Esto supone habilidad para acceder a la información y transmitirla en diferentes soportes, así como hacer uso de los recursos tecnológicos para resolver problemas reales de modo eficiente.
Competencia social y ciudadana: Entre las habilidades de esta competencia se incluyen el conocerse y valorarse, saber comunicarse en diferentes contextos, expresar las ideas propias y escuchar las ajenas, comprendiendo los diferentes puntos de vista y valorando tanto los intereses individuales como los de un grupo, en definitiva habilidades para participar activa y plenamente en la vida cívica.
Competencia cultural y artística: Esta competencia se refiere a la capacidad de conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente las distintas manifestaciones culturales o artísticas, así como saber emplear algunos recursos de la expresión artística para realizar creaciones propias.
Competencia para aprender a aprender: Se refiere al aprendizaje a lo largo de la vida, es decir a la habilidad de continuar aprendiendo de manera eficaz y autónoma una vez finalizada la etapa escolar. Esto implica, además de tener conciencia y control de las propias capacidades y conocimientos y estar debidamente motivado, el saber utilizar adecuadamente estrategias y técnicas de estudio.
Autonomía e iniciativa personal: Responsabilidad, perseverancia, autoestima, creatividad, autocrítica o control personal son algunas de las habilidades relacionadas con esta competencia, unas habilidades que permiten al estudiante tener una visión estratégica de los retos y oportunidades a los que se tiene que enfrentar a lo largo de su vida y le facilitan la toma de decisiones.
martes, 15 de febrero de 2011
LA IMAGEN DE LA INDUSTRIA: LOS BLOGGEROS
Inditex obligada a retirar de us tiendas Stradivarius (Inditex es también propietario de la cadena Zara) unas camiseta con la imagen de bloggeras conocidas en el mundo de la moda. Parece que no se tenían los permisos necesarios. Leer más en Público
miércoles, 9 de febrero de 2011
INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
Investigación, desarrollo e innovación (habitualmente indicado por la expresión I+D+i o I+D+I) es un concepto de reciente aparición, en el contexto de los estudios de ciencia, tecnología y sociedad; como superación del anterior concepto de investigación y desarrollo (I+D).
Mientras que el de desarrollo es un término proveniente del mundo de la economía, los de investigación e innovación provienen respectivamente del mundo de la epistemología y la tecnología, y su dinámica relación se encuentra en el contexto de la diferenciación entre ciencia pura y ciencia aplicada; cualquiera de ellos es de compleja definición. Esko Aho define provocativamente investigación como invertir dinero para obtener conocimiento, mientras que innovación sería invertir conocimiento para obtener dinero, lo que expresa muy bien el fenómeno de retroalimentación que se produce con una estrategia exitosa de I+D+i.[1]
...Mas
Mientras que el de desarrollo es un término proveniente del mundo de la economía, los de investigación e innovación provienen respectivamente del mundo de la epistemología y la tecnología, y su dinámica relación se encuentra en el contexto de la diferenciación entre ciencia pura y ciencia aplicada; cualquiera de ellos es de compleja definición. Esko Aho define provocativamente investigación como invertir dinero para obtener conocimiento, mientras que innovación sería invertir conocimiento para obtener dinero, lo que expresa muy bien el fenómeno de retroalimentación que se produce con una estrategia exitosa de I+D+i.[1]
...Mas
lunes, 7 de febrero de 2011
ORIENTACIONES PARA EL BLOG
A partir de vuestro libro
MATERIAS PRIMAS
Sabemos que la materia prima procede del sector primario y ademas se puede crear artificialmente: plasticos o grafenos. Reciclados
Fuentes de energía: las enumeras teniendo en cuenta las renovables y no renovables y las limpias o no.
En la pagina 148 observa y comenta que paises cuentan con mayor número de fuentes de energía y de que tipo son. Habla también de España.
CLASIFICAR INDUSTRIAS
CLASIFICA INDUSTRIAS DE ACUERDO A SI SON PESADAS, DE EQUIPO O LIGERAS
CITA LOS FACTORES DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL
CARACTERISTICAS DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA
Relata los cambios en el proceso productivo a partir de la robotización y automatización.
Comenta el mapa de las grandes regiones industriales del mundo.
Efectos negativos de la industrialización y medidas correctoras.
Pagina 162=163
Retraso en la industrialización. Se inicia en el siglo XIX, pero despega a partir de 1960
Características
Predominan
=Automovilísticas
Quimica
Material eléctrico y electrónico.
Informatica
Alimentación
Alta tecnología en industrias como las telecomunicaciones, microelectrónica e instrumentos de precisión. Son importantes pero dependen del exterior donde hay que comprar las patentes.
Industrias tradicionales en retroceso
Siderúrgica
Productos metalicos
Electrodomesticos
Construcción naval
Calzado
Predominio de las PYMES, aunque ahora hay grandes empresas de capital español con presencia en Europa e Iberoamerica
Investigación y desarrollo. Hay poca inversion. Se importan maquinaria de alta precisión como aparatos electricos ee informaticos, productos químicos, etc..
Comentad la tabla de la pagina 194 y el mapa de la 195
MATERIAS PRIMAS
Sabemos que la materia prima procede del sector primario y ademas se puede crear artificialmente: plasticos o grafenos. Reciclados
Fuentes de energía: las enumeras teniendo en cuenta las renovables y no renovables y las limpias o no.
En la pagina 148 observa y comenta que paises cuentan con mayor número de fuentes de energía y de que tipo son. Habla también de España.
CLASIFICAR INDUSTRIAS
CLASIFICA INDUSTRIAS DE ACUERDO A SI SON PESADAS, DE EQUIPO O LIGERAS
CITA LOS FACTORES DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL
CARACTERISTICAS DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA
Relata los cambios en el proceso productivo a partir de la robotización y automatización.
Comenta el mapa de las grandes regiones industriales del mundo.
Efectos negativos de la industrialización y medidas correctoras.
Pagina 162=163
Retraso en la industrialización. Se inicia en el siglo XIX, pero despega a partir de 1960
Características
Predominan
=Automovilísticas
Quimica
Material eléctrico y electrónico.
Informatica
Alimentación
Alta tecnología en industrias como las telecomunicaciones, microelectrónica e instrumentos de precisión. Son importantes pero dependen del exterior donde hay que comprar las patentes.
Industrias tradicionales en retroceso
Siderúrgica
Productos metalicos
Electrodomesticos
Construcción naval
Calzado
Predominio de las PYMES, aunque ahora hay grandes empresas de capital español con presencia en Europa e Iberoamerica
Investigación y desarrollo. Hay poca inversion. Se importan maquinaria de alta precisión como aparatos electricos ee informaticos, productos químicos, etc..
Comentad la tabla de la pagina 194 y el mapa de la 195
sábado, 5 de febrero de 2011
BLOGS ALUMNOS
TERCERO ESO C
Julia Casani y Marta
Catalina Rusu
Mila Matkovska
Bryan
Ana Serrano y Sergio
Alex y Ana
Ana Viana:
Silvia Garrido
Jelena
Karina
Ana Serrano
Maria Rodriguez
recuerdosdeadolescente.blogspot.com
Shalva
3º B
Paula Pérez
Daniela y Laura
Paula y Sara
Paul Chicaiza
Katherina-Ryndina
Rodrigo
Oscar Paredes
Eva-y-carolina
Cristina Soriano Henschel
Olena Ryndina
Rubén
Katherina Cando
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CAPITALISMO
Esa calamidad que llaman sistema
JOSÉ LUIS DE ZÁRRAGA
04/02/2011 09:26 Actualizado: 04/02/2011 09:27
18 Comentarios
PUBLICO: 4/02/2011
El sistema no se discute, este es el principio básico de las políticas económicas. El sistema capitalista, fundado en el mercado libre, no está en cuestión. No debe ponerse en cuestión porque -dicen- es el único sistema que funciona. Quienes lo ponen en cuestión deliran, viven en un mundo imaginario. Es innegable que no es perfecto, porque periódicamente entra en crisis; pero las crisis son transitorias y, cuando el sistema las supera, funciona establemente, con racionalidad y con eficiencia, y beneficia a todos.
Nada de esto es cierto. Los mercados libres, fundamento teórico del sistema capitalista, no existen ni han existido nunca. El sistema es inestable y muy ineficiente. Es irracional. Su balance social, en conjunto, ofrece más pérdidas que beneficios; y casi todas las pérdidas, en un lado, el de la mayoría, y los beneficios, en otro.
La autorregulación y el equilibrio del mercado, en el que se funda la supuesta eficiencia del sistema, no es una abstracción conceptual legítima, sino un embaucamiento sofisticado. Todos los modelos de los economistas liberales se basan en presuposiciones muy irreales respecto al comportamiento de los individuos y los agentes económicos. Dicen que eso no importa, si los modelos construidos a partir de esas presuposiciones teóricas permiten explicar y anticipar los fenómenos del mercado. Los modelos serían acertados, no porque las presuposiciones sean realistas, sino porque aciertan cuando se aplican a la realidad económica.
Este razonamiento tiene un pequeño fallo: que no se verifica en la realidad. Los modelos económicos liberales -y sus presuposiciones irrealistas- corren detrás de la realidad; cuando esta se detiene, la alcanzan; cuando esta se mueve, el modelo la pierde de vista.
El capitalismo ha impuesto la creencia de que no hay alternativa posible El capitalismo real -esta economía capitalista en la que vivimos- ni siquiera es un sistema coherente, sino un ensamblaje oportunista de elementos heterogéneos: para que funcione requiere inevitablemente mecanismos que niegan sus fundamentos y los ponen en suspenso. Es una construcción política -es decir, de poder social- que persigue el objetivo de maximización de los beneficios privados de una clase, poniendo en obra para ello todos los recursos de la sociedad, los recursos de todos.
No hay mercados libres, ni los mercados se autorregulan, ni son eficientes asignando recursos. Lo que hay son reglas que, en el ámbito económico, permiten a unos pocos hacer lo que más les convenga e inhiben la eficacia de cualquier cosa que pudiera evitarlo, incluidos los propios mecanismos del mercado. Reglas que son decisiones políticas, impuestas internacionalmente y asumidas por los gobernantes. Las décadas que precedieron a la crisis y sus tres años ofrecen todos los ejemplos que se desee de ello. Krugman, Stiglitz y otros economistas que no son la voz de su amo lo han contado con detalle en libros y artículos.
En la realidad, el sistema capitalista es una calamidad. Una calamidad para todos los países -aunque más para unos, los dominados, que para otros, los dominantes- y para la inmensa mayoría de la población. Es una calamidad para nuestro mundo, cuyos recursos naturales esquilma y cuyas condiciones de supervivencia compromete, sin que importe su impacto futuro. Es una calamidad para el desarrollo científico y cultural, cada vez más determinado por el criterio del lucro privado que pueda generar. Es una calamidad, en fin, para el propio desarrollo económico, sometido a una lógica que lo lleva, a trancas y barrancas, por caminos y con dinámicas que nada tienen que ver con objetivos sociales ni con la mejor satisfacción de nuestras necesidades, las de todos.
Hay que recuperar la primacía de la política sobre la economía: la democracia real
No nos engañemos. Digamos que tenemos que tragar esto mientras no podamos evitarlo. Pero no creamos que es lo único que se puede hacer, que así son las cosas, y que es lo mejor para todos. Los lúgubres clérigos de la economía -los que aparecen investidos de autoridad y objetividad científica, dictando a políticos y gobiernos lo que deben hacer- están desnudos de ciencia e hinchados de ideología. No son más que proveedores de vaselina teórica para hacer pasar los dictados que los capitales financieros internacionales transmiten con la voz de los mercados.
Durante las últimas dos décadas se ha impuesto la idea de que no hay alternativa al sistema económico capitalista. Quienes no asuman esa idea parecerán ignorantes que desconocen la realidad o delirantes que viven fuera de ella. Se permite pensar dentro del sistema, en reformarlo -aunque eso sí que es una fantasía-, pero no fuera de él o contra él. La primera y fundamental batalla que el sistema -quienes se benefician de él- ha ganado no se ha librado en elecciones o mercados, sino en las conciencias. Es su hegemonía ideológica lo que fortalece al sistema capitalista en las crisis, cuando corre peligro: la creencia, que ha logrado imponer de forma generalizada, en que no hay alternativa ni posible ni deseable, que está loco quien piense otra cosa.
Sin embargo, oponerse al sistema y cambiarlo es cuestión de supervivencia. El terreno para ello no puede ser la economía, sino la política y la ideología. En el plano económico sólo cabe defenderse, una estrategia de resistencia, indispensable pero que nunca cambiará el sistema. En el plano ideológico, hay que quebrar la hegemonía que hace verlo todo -problemas y soluciones- con la mirada del capital financiero, que es hoy la mirada del sistema capitalista sin más. En el plano político hay que recuperar la primacía de la política sobre la economía, es decir, recuperar la democracia real. ¿Perspectivas utópicas? Perspectivas, sin más. Las únicas para quienes no creen en cuentos de hadas.
JOSÉ LUIS DE ZÁRRAGA
04/02/2011 09:26 Actualizado: 04/02/2011 09:27
18 Comentarios
PUBLICO: 4/02/2011
El sistema no se discute, este es el principio básico de las políticas económicas. El sistema capitalista, fundado en el mercado libre, no está en cuestión. No debe ponerse en cuestión porque -dicen- es el único sistema que funciona. Quienes lo ponen en cuestión deliran, viven en un mundo imaginario. Es innegable que no es perfecto, porque periódicamente entra en crisis; pero las crisis son transitorias y, cuando el sistema las supera, funciona establemente, con racionalidad y con eficiencia, y beneficia a todos.
Nada de esto es cierto. Los mercados libres, fundamento teórico del sistema capitalista, no existen ni han existido nunca. El sistema es inestable y muy ineficiente. Es irracional. Su balance social, en conjunto, ofrece más pérdidas que beneficios; y casi todas las pérdidas, en un lado, el de la mayoría, y los beneficios, en otro.
La autorregulación y el equilibrio del mercado, en el que se funda la supuesta eficiencia del sistema, no es una abstracción conceptual legítima, sino un embaucamiento sofisticado. Todos los modelos de los economistas liberales se basan en presuposiciones muy irreales respecto al comportamiento de los individuos y los agentes económicos. Dicen que eso no importa, si los modelos construidos a partir de esas presuposiciones teóricas permiten explicar y anticipar los fenómenos del mercado. Los modelos serían acertados, no porque las presuposiciones sean realistas, sino porque aciertan cuando se aplican a la realidad económica.
Este razonamiento tiene un pequeño fallo: que no se verifica en la realidad. Los modelos económicos liberales -y sus presuposiciones irrealistas- corren detrás de la realidad; cuando esta se detiene, la alcanzan; cuando esta se mueve, el modelo la pierde de vista.
El capitalismo ha impuesto la creencia de que no hay alternativa posible El capitalismo real -esta economía capitalista en la que vivimos- ni siquiera es un sistema coherente, sino un ensamblaje oportunista de elementos heterogéneos: para que funcione requiere inevitablemente mecanismos que niegan sus fundamentos y los ponen en suspenso. Es una construcción política -es decir, de poder social- que persigue el objetivo de maximización de los beneficios privados de una clase, poniendo en obra para ello todos los recursos de la sociedad, los recursos de todos.
No hay mercados libres, ni los mercados se autorregulan, ni son eficientes asignando recursos. Lo que hay son reglas que, en el ámbito económico, permiten a unos pocos hacer lo que más les convenga e inhiben la eficacia de cualquier cosa que pudiera evitarlo, incluidos los propios mecanismos del mercado. Reglas que son decisiones políticas, impuestas internacionalmente y asumidas por los gobernantes. Las décadas que precedieron a la crisis y sus tres años ofrecen todos los ejemplos que se desee de ello. Krugman, Stiglitz y otros economistas que no son la voz de su amo lo han contado con detalle en libros y artículos.
En la realidad, el sistema capitalista es una calamidad. Una calamidad para todos los países -aunque más para unos, los dominados, que para otros, los dominantes- y para la inmensa mayoría de la población. Es una calamidad para nuestro mundo, cuyos recursos naturales esquilma y cuyas condiciones de supervivencia compromete, sin que importe su impacto futuro. Es una calamidad para el desarrollo científico y cultural, cada vez más determinado por el criterio del lucro privado que pueda generar. Es una calamidad, en fin, para el propio desarrollo económico, sometido a una lógica que lo lleva, a trancas y barrancas, por caminos y con dinámicas que nada tienen que ver con objetivos sociales ni con la mejor satisfacción de nuestras necesidades, las de todos.
Hay que recuperar la primacía de la política sobre la economía: la democracia real
No nos engañemos. Digamos que tenemos que tragar esto mientras no podamos evitarlo. Pero no creamos que es lo único que se puede hacer, que así son las cosas, y que es lo mejor para todos. Los lúgubres clérigos de la economía -los que aparecen investidos de autoridad y objetividad científica, dictando a políticos y gobiernos lo que deben hacer- están desnudos de ciencia e hinchados de ideología. No son más que proveedores de vaselina teórica para hacer pasar los dictados que los capitales financieros internacionales transmiten con la voz de los mercados.
Durante las últimas dos décadas se ha impuesto la idea de que no hay alternativa al sistema económico capitalista. Quienes no asuman esa idea parecerán ignorantes que desconocen la realidad o delirantes que viven fuera de ella. Se permite pensar dentro del sistema, en reformarlo -aunque eso sí que es una fantasía-, pero no fuera de él o contra él. La primera y fundamental batalla que el sistema -quienes se benefician de él- ha ganado no se ha librado en elecciones o mercados, sino en las conciencias. Es su hegemonía ideológica lo que fortalece al sistema capitalista en las crisis, cuando corre peligro: la creencia, que ha logrado imponer de forma generalizada, en que no hay alternativa ni posible ni deseable, que está loco quien piense otra cosa.
Sin embargo, oponerse al sistema y cambiarlo es cuestión de supervivencia. El terreno para ello no puede ser la economía, sino la política y la ideología. En el plano económico sólo cabe defenderse, una estrategia de resistencia, indispensable pero que nunca cambiará el sistema. En el plano ideológico, hay que quebrar la hegemonía que hace verlo todo -problemas y soluciones- con la mirada del capital financiero, que es hoy la mirada del sistema capitalista sin más. En el plano político hay que recuperar la primacía de la política sobre la economía, es decir, recuperar la democracia real. ¿Perspectivas utópicas? Perspectivas, sin más. Las únicas para quienes no creen en cuentos de hadas.
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