El BANCO COMÚN DE CONOCIMIENTOS

sábado, 25 de septiembre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

the guardian y las nuevas tecnologías

ENTREVISTA: EL FUTURO DEL PERIODISMO DIGITAL Alan Rusbridger Director de 'The guardian'

"Debo ser más radical en lo digital"

JOSEBA ELOLA 12/09/2010

El PAÍS

Alan Rusbridge dirige el prestigioso diario británico 'The Guardian', que cuenta con el segundo sitio web de habla inglesa más visitado del mundo entre los periódicos de calidad. Es un adelantado a su tiempo, un visionario, un adicto a las nuevas tecnologías. Afirma que el iPad y las aplicaciones del iPhone son grandes pasos en la revolución digital de los medios

Alan Rusbridger tuvo hace un año entre sus manos una información que no podía publicar. Concernía a una compañía petrolera. Estaba atado de pies y manos por mandato judicial. Así que puso un mensaje en su Twitter -red social de mensajes cortos- que, según recuerda, decía algo así como: "Lo siento, no podemos publicar la historia de una compañía que no puedo nombrar por razones que no os puedo decir". Rusbridger cuenta que en cuestión de 24 horas, los usuarios de Twitter se encargaron de desentrañar de qué compañía se trataba, cuáles eran los documentos comprometedores y qué le impedía al diario británico publicar el reportaje. La pelota se hizo tan grande que la historia acabó reventando y se conocieron los atropellos medioambientales y contra la salud en que había incurrido la petrolera Trafigura en Costa de Marfil.

"Los medios deben aparcar su arrogancia"

"Yo no dejaría el destino de las noticias en manos de Google"

La comandante 'blog'

"Hemos nutrido a los 'yonquis' de la política"

Alan Rusbridger en su despacho londinense, el 9 de septiembre de 2010.- Carmen Valiño

La noticia en otros webs

webs en español

en otros idiomas

"Twitter es la herramienta periodística más poderosa de los últimos diez años"

Esta es la fuerza de la revolución digital. Estas son las ventajas de las nuevas herramientas. Lo dice con entusiasmo Alan Rusbridger, director del legendario diario británico The Guardian, un periodista radicalmente convencido de que lo mejor está por venir, de que las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías nos conducirán a un mejor ejercicio del periodismo. El sitio web de su diario, guardian.co.uk, es el segundo más importante del mundo de entre los diarios de calidad en habla inglesa, por detrás del de The New York Times. Acredita 35 millones de usuarios únicos; un tercio de ellos, norteamericanos. El viejo periódico de Manchester, que vio la luz en 1821, es hoy referencia de la izquierda que habita al otro lado del charco.

Rusbridger se sienta en una butaca junto a la enorme cristalera que ilumina su despacho. Tiene el pelo algo revuelto, no lleva corbata, no aparenta ni por asomo sus 56 años de edad. Da la impresión de ser un hombre sereno. Hace diez minutos de yoga todas las mañanas y toca el piano y el clarinete. Además, es un auténtico friki, en la más tecnológica acepción del término, un auténtico adicto a los cacharritos de nueva generación. Lo primero que hace es agarrar la grabadora digital con que se registra esta entrevista y observarla con detenimiento. Le da la vuelta, la magrea. "Umm, debe de ser un modelo muy reciente", musita.

"Twitter es la herramienta periodística más poderosa que ha aparecido en los últimos... umm... diez años", afirma tras vacilar y pensarse bien si son diez, quince o veinte. Habla mirando a las aguas del canal que pasa bajo su despacho, ubicado en un rutilante edificio de cristal plantado en medio de un viejo Londres de huella industrial. "Cuando apareció Twitter pensé que eso no tenía nada que ver con el periodismo. Fui tan estúpido. Durante tres meses pensé: 'Soy demasiado viejo para esto'. 'Solo 140 caracteres, paso'. Estaba completamente equivocado. Los medios de comunicación que tengan una visión demasiado estrecha de lo que es el periodismo y cómo se hace están condenados".

Rusbridger echa mano de un ejemplo reciente para explicar la fuerza de la revolución digital. Hace dos semanas, The New York Times publicó una oscura historia sobre Rupert Murdoch y escuchas ilegales. Desvelaba que un periodista del tabloide News of the World, propiedad de Murdoch, había realizado pinchazos para conseguir información y que el entonces director del diario, Andy Coulson, hoy director de comunicación del flamante primer ministro, David Cameron, estaba al corriente. "Durante 48 horas, nadie en este país se hizo eco de la historia", relata Rusbridger. "Ni la BBC ni Sky News dijeron nada. Sin embargo, en Twitter, miles de usuarios clamaban: '¿Qué pasa, que eso no es una historia'? Llegó un momento en que el poder de la gente hizo que la historia fuera imposible de ignorar por parte de los medios. Y este es solo un ejemplo".

Pregunta. Está claro que en algo están fallando los medios tradicionales, algo se está haciendo mal...

Respuesta. Sí. Ahí está Wikileaks, que se ha convertido en una marca de confianza, el sitio para filtrar documentos. ¿Qué ha pasado para que los periódicos tradicionales hayan sido sobrepasados, desde el punto de vista de confianza de la gente, por un australiano y una panda de hackers ubicados en distintos puntos del mundo? ¿Qué han hecho ellos y qué no hemos hecho nosotros?

P. ¿Tal vez los medios tradicionales se codearon demasiado con el poder político, con el económico, con las grandes empresas? ¿Tal vez se olvidaron de qué es lo que hay que contar?

R. A la gente le gustaría que nosotros investigáramos a esas grandes empresas, a esos centros de poder, que hiciéramos reporterismo del bueno. Pero ese tipo de reporterismo es caro, y pensamos que no es demasiado sexy, así que dejamos de hacerlo.

La ironía aflora. Rusbridger, de discurso límpido y clarividente, no puede ser más británico: acompaña el inicio de cada intervención con esos pequeños tartamudeos tan característicos del inglés más polite.

Sostiene que, precisamente por ese abandono de funciones de la prensa tradicional, una web abierta y colaborativa es clave: "Esta filosofía de estar abierto, publicar, enlazar, hacer que la información esté disponible, es una idea simple y poderosa. Como medio de comunicación, tienes dos opciones: puedes ser parte de ese mundo abierto o decir: 'Lo que hacemos es tan valioso que lo vamos a esconder aquí".

En lo tocante a su medio, lo tiene claro: "Lo conservador, ahora, es ser radical. Pensando en el futuro de The Guardian, en conservarlo, ¿debo ser conservador o radical con Internet? Viendo las posibilidades de futuro del papel, que no pintan muy bien, si quiero ser conservador en la cuestión de proteger The Guardian, mi instinto me dice que debo ser más radical en lo digital".

P. Usted es un firme defensor de una web abierta y tiene claro que los sitios de pago no son el camino a seguir.

R. Es lo que me dice mi instinto. La web es una cuestión de estar abierto, de enlazar información. Periodísticamente, creo que es mejor ser parte de este sistema: si estás abierto y colaboras, toda la información que hay allí te hará ganar en riqueza, en poder y te dará recursos que tú no vas a conseguir por tu cuenta. Así que creo que hay un imperativo periodístico y otro financiero para estar abierto. Enlazando a otros sitios, publicando tal vez material de otros, nos convertimos en una plataforma de contenido y no solo en editores del nuestro. Creo que esta es una idea que tiene mucha fuerza.

Instinto, instinto. Rusbridger pronuncia esta palabra seis veces durante la entrevista. Fue su instinto lo que le llevó a apostar sin circunloquios por la web en 1998. Desde el principio, en The Guardian tuvieron claro que necesitaban tecnología y un buen equipo de desarrolladores. Invirtieron más de doce millones de euros en construir un sitio web a medida. Apostaron pronto por la interactividad, por la vertiente social, abrazaron los blogs. El proceso de integración entre la cultura digital de los recién llegados y los periodistas del papel fue paulatino, lento, medido. Ese, dice, es uno de los factores que ayudan a explicar su éxito: "Si llevas la integración a cabo demasiado rápido, agobias a la gente del papel. Tienes que dejar que la gente vaya asumiendo las cosas poco a poco".

Hace cuatro años, en un momento en que algunas empresas de comunicación cortaban el acceso de sus empleados a Facebook para evitar distracciones, Rusbridger obligó a sus periodistas a abrirse una página en la red social, a colgar fotos, vídeos. Y lo mismo hizo hace dos años con Twitter. Dice que de los 640 periodistas con que cuenta la redacción que elabora The Guardian, The Observer (periódico dominical) y el sitio web, el 90% son ya "periodistas digitales".

P. ¿Cómo van a competir con los medios de la nueva era, que cuentan con plantillas mucho más estrechas? ¿Debemos esperar nuevas pérdidas de puestos de trabajo en los periódicos?

R. No sé cuáles van a ser los ingresos, así que no conozco la respuesta a esa pregunta. En este momento, el dinero no está ahí, pero la industria puede cambiar... Mi instinto me dice que será difícil mantener el tamaño de las plantillas que hemos tenido en el pasado.

P. De hecho, aquí en The Guardian ha habido recortes de plantilla; el año pasado, 50 periodistas abandonaron la casa, ¿es esta la parte más dura del proceso?

R. En dos años hemos perdido a 80 personas, pero todos los que se fueron lo hicieron de forma voluntaria. No hemos tenido que hacer despidos obligatorios. Es muy duro, perdimos a gente muy valiosa, pero todos eligieron irse.

The Guardian ingresó el año pasado 48,6 millones de euros por medio de su brazo digital (en torno a un 10% de los ingresos, facturó 490 millones). Vendió 120.000 aplicaciones para el iPhone, programas que permiten la lectura del diario en el teléfono de Apple. "Llevamos solo seis meses en la revolución de las aplicaciones", dice, "es pronto para saber de qué modo van a cambiar nuestro mundo". Rusbridger adora el iPad: "Ofrece una manera fantástica de consumir noticias. Es un paso adelante en la revolución digital, el primer dispositivo en diez años que te obliga a volver a imaginar cómo ordenas la información, cómo encuentras tu camino en él, cómo lo mezclas con otros medios". The Guardian está cocinando a fuego lento su aplicación para el iPad. Rusbridger no quiere una aplicación retro, como la de The New York Times o Financial Times. Piensa que el nuevo dispositivo requiere de un nuevo lenguaje.

"Soy un adicto a la tecnología, hay que serlo. Yo compro todo lo que sale. Los nuevos lectores, los nuevos teléfonos. Hasta que no los pruebas y los sientes no sabes de qué va la cosa". Para explicar el momento en que nació su adicción por los cacharritos, se levanta, solícito, y empieza a rebuscar entre las cajas de cartón que hay detrás de su mesa de trabajo. Orgulloso, extrae de su cementerio de viejos aparatos su primer ordenador, un Tandy TRS-80. Su fascinación por la tecnología nació el día en que esta antigualla cayó entre sus manos. Fue en 1984. Descubrió una herramienta que le permitía enviar sus crónicas con el número de palabras exacto: los editores ya no amputarían el final de sus columnas, donde solía alojar los chistes.

Tal era su pericia que en 1986, en un viaje para cubrir la visita de la familia real a Australia, se las ingenió él solito para conseguir transmitir una crónica por teléfono: para ello se puso en contacto con la telefónica australiana, consiguió un código y llamó a una pequeña empresa londinense que era la única capaz de convertir ese código y redirigirlo a un ordenador de la redacción de The Guardian. Consiguió transmitir su crónica en diez minutos. Dictarla por teléfono, como se solía hacer entonces, le habría llevado noventa. "Debemos ser inteligentes con todas las nuevas plataformas que están surgiendo y encontrar la manera de adaptar nuestro periodismo a las plataformas, al software y a los hábitos de los lectores".

P. ¿En qué punto de la revolución digital nos hallamos ahora?

R. Aún estamos en una fase increíblemente temprana. Por eso es pronto para decir que las operaciones digitales nunca van a poder sustentar el periodismo, o para decir que no vemos claro el plan de negocio. No hay por qué tomar decisiones drásticas tan temprano.

P. Los directivos de periódicos, en la nueva era digital, parecen ser menos independientes que antes de las exigencias del negocio y de las presiones de las empresas periodísticas, ¿está de acuerdo?

R. Sí, creo que es verdad. Es porque todo se ha vuelto más complicado; no digo que antes fuera sencillo, pero sabías de dónde venía el dinero: publicidad y ejemplares vendidos. Ahora, las decisiones son sobre tecnología, periodismo y publicidad; son más tridimensionales. Los directores tenemos que intervenir más en esa conversación y eso nos distrae de la tarea de editar.

P. Y en este sentido, combinando esa menor independencia con el hecho de que la tecnología abre nuevas puertas, ¿diría usted que hoy hacemos mejor periodismo que en épocas pasadas?

R. Sí. The Guardian está llegando a una audiencia infinitamente mayor que antes. Su impacto e influencia internacional son mucho mayores. Utilizando las herramientas que estamos empleando, lo que ofrecemos a los lectores es más amplio, profundo y responde a más preguntas que nunca.

TËCNICA

TECNOLOGÍA

Con el paso de los años y el avance de la ciencia se produjo la evolución de las máquinas que no sólo ayudan a que el trabajo del ser humano sea más fácil cubriendo nuestras necesidades, sino también a desarrollar la investigación de lo nuevo.

Las empresas también usan la tecnología para su beneficio, por ejemplo tratando que los empleados puedan tener más información y una comunicación más fluida con el resto de la empresa. El mismo jefe puede saber sobre el desempeño de cada uno de sus empleados, y evaluarlos de manera más rápida y simple. Los cursos vía internet que pueden formar de los empleados de forma barata y sencilla.

Ya no es necesario desplazarse a un lugar concreto para hacer cualquier trámite, sino que se puede realizar a través de un correo electrónico o de las bancas online, etc. Ahora desde la comodidad de nuestros hogares se puede entrar a la página web de la institución o del servicio público y listo. Con unos simples click todo ya esta pagado.

También es una gran ayuda para el desarrollo de cada persona, porque gracias a las nuevas creaciones, se dan a conocer cosas que no se pensaban en conocer algún momento. Desde el simple hecho de aprender un programa con el uso de la computadora, hasta llegar a construir una. O tal vez crear un juego con herramientas que no se pensaban usar antes.

Sin olvidar que también es un beneficio porque genera trabajo a gente creativa, que desea indagar y dar a conocer nuevas cosas.

Prácticamente la tecnología se desarrolla para hacer las cosas más simples, desde un microondas hasta un robot; y aunque es el hombre quien da “vida” a la máquina y hasta le da inteligencia. Se debe saber donde parar para no llegar a ser reemplazable como un invento.

Ciencia, Tecnología y Sociedad

Una visión crítica

1. Introducción

2. Repercusiones de la ciencia en la sociedad

3. Avances de la tecnología

4. Hacia donde nos dirigimos en brazos de la tecnología

5. Opinión Personal

1.Introducción

Uno de los tópicos en el debate actual sobre la ciencia y la tecnología consiste en determinar en que porcentaje han servido para configurar a las sociedades modernas y trasformar a las tradicionales. Los progresos científicos como también tecnológicos han modificado radicalmente la relación del hombre con la naturaleza y la interacción entre los seres vivos. Hoy en día la ciencia y la tecnología alcanzan los niveles más altos en la sociedad actual.

La ciencia y la tecnología no se pueden estudiar fuera del contexto social en el que se manifiestan. Entre la ciencia y la tecnología existe un claro estado de simbiosis; en otras palabras, conviven en beneficio mutuo. Aunque el efecto de ambas actuando conjuntamente es infinitamente superior a la suma de los efectos de cada una actuando por separado.

Y, sin embargo, ante estos progresos que no podían ni siquiera imaginar los utopistas del pasado, empiezan a surgir preguntas cada vez más serias sobre el lugar que le corresponde a la ciencia y la tecnología en los PROBLEMAS que tiene la sociedad en la actualidad. nuestra sociedad. Albert Camus, decía lo siguiente:

"El siglo XVII fue de las matemáticas, el siglo XVIII el de las ciencias físicas, el siglo XIX el de la biología y nuestro siglo XX es el siglo del miedo". ¿Es el siglo XXI el siglo del pánico?

Son muchos los que consideran a la ciencia como una amenaza y no solo en nuestros tiempos, sino desde hace muchos años. Es el caso de Galileo quien fue condenado por el Papa, ya que éste consideraba que su nuevo método científico constituía un gran desafío a la autoridad tradicional. Esto se debe a que la sociedad no tolera aquello sobre lo que no dispone suficiente información o simplemente no puede comprender.

Hoy en día, la tecnología es parte del sistema de vida de todas las sociedades. La ciencia y la tecnología se están sumando a la voluntad social y política de las sociedades de controlar sus propios destinos, sus medios y el poder de hacerlo. La ciencia y la tecnología están proporcionando a la sociedad una amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser el destino de la humanidad.

Impacto de la tecnología en la sociedad

La tecnología se propone mejorar u optimizar nuestro control del mundo real, para que responda de manera rápida y predecible a la voluntad o el capricho de la sociedad, aunque no siempre sea en su beneficio. La tecnología es también parte de la industria y de la empresa comercial; para nada sirve si sus productos no responden a las necesidades de los consumidores.

La tecnología en muchos casos ha precedido a la ciencia. La tecnología ha estado a la vanguardia en muchos campos que posteriormente adquirieron una sólida base científica. Se dice que los efectos la tecnología constituyen un "impacto" e influyen en las nuevas cualidades del conocimiento humano.(Hoy se habla de la sociedad del conocimiento derivada de las Nuevas Tecnologías de la comunicación).

Desde los primeros tiempos de la agricultura o desde fines de la Edad del Hierro, la cultura humana ha tenido una tecnología, es decir, la capacidad de modificar la naturaleza en un grado u otro. Se considera que la tecnología proporciona estimables beneficios a corto plazo, aunque a largo plazo han engendrado graves problemas sociales (Por ejemplo: PARO)

Algunos autores consideran que los problemas que ha generado la tecnología son indirectamente provocados por la ciencia, ya que si no contáramos con los avanzados conocimientos científicos, no tendríamos una tecnología tan adelantada.

Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor productividad proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más tiempo libre, dispensar la educación y, de hecho, proseguir la propia labor científica. Todos nosotros necesitamos alimentos, vivienda, ropa, etc. (HACED UN SEGUIMIENTO DE LOS PRECIOS DE ESTOS PRODUCTOS BÁSICOS). Cuando quedan satisfechas esas necesidades básicas y la tecnología empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, es cuando surgen esencialmente los problemas (COMO NO SON NECESIDADES BÁSICAS, SU CONSUMO DEPENDE DE OTROS FACTORES –POR EJEMPLO PRESTIGIO- Y SU VENTA ES MÁS DIFÍCIL).

Si consideramos la situación actual de los países desarrollados, vemos que la gente No parece más feliz que en el pasado, y a menudo tampoco tiene mejor salud. Los desechos ambientales que produce la tecnología han creado nuevas formas de enfermedades y fomentado otras. El propio trabajo es hoy más monótono y decepcionante. El ser humano necesita realizar algo que estimule su cerebro, su capacidad manual y también necesita variedad.

La industria de base tecnológica ha dislocado la familia. Por ejemplo, el hecho de tener que dedicar mucho tiempo al transporte separa a menudo a un padre de sus hijos. La sociedad tecnológica tiende también a separar a la madre del niño pequeño. La facilidad de las comunicaciones incita a los hijos a irse muy lejos, y la familia ampliada a dispersarse más. A consecuencia de todo esto, se debilita la transmisión cultural de las técnicas (por ejemplo, la cocina, la educación de los niños, etc.) y los pedagogos tienen que intentar colmar esta laguna.

Normalmente, las sociedades están integradas por grupos coherentes en las cuales se reconoce la identidad personal y se ejercen presiones para coartar los actos antisociales. Si están demasiado aislados, estos grupos se vuelven opresivos. En un primer momento, los efectos de la facilidad de las comunicaciones parecen beneficiosos, porque liberan a la gente de las presiones locales, pero al persistir esta tendencia, se quedan a menudo aislados.

Es indudable que la tecnología ha servido para que las guerras sean mucho más calamitosas todavía, ya que afectan a todo el mundo, y no solamente a los civiles sino también a los neutrales y a los pueblos primitivos. La violencia y la delincuencia también se desarrollan con la tecnología, aunque también acerca a los solitarios, difunde la cultura, ayuda a la tercera edad, etc.

Johannes Von Neumann, preguntó en un articulo de la revista Fortune:

"¿Podremos sobrevivir a la tecnología?"

2.Repercusiones de la ciencia en la sociedad

En toda la historia de la humanidad, el hombre ha procurado garantizar y mejorar su nivel de vida mediante un mejor conocimiento del mundo que le rodea y un dominio más eficaz del mismo, es decir, mediante un desarrollo constante de la ciencia.

Hoy en día, estamos convencidos de que una de las características del momento actual es la conexión indisoluble, la muy estrecha interacción y el acondicionamiento mutuo de la sociedad con la ciencia. La ciencia es uno de los factores esenciales del desarrollo social y está adquiriendo un carácter cada vez más masivo.

Al estudiar los efectos de la ciencia en la sociedad, no se trata solamente de los efectos en la sociedad actual, sino también de los efectos sobre la sociedad futura. En las sociedades tradicionales estaban bien definidas las funciones del individuo, había una armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre. Ahora bien, la ciencia trajo consigo la desaparición de este marco tradicional, la ruptura del equilibrio entre el hombre y la sociedad y una profunda modificación del ambiente. Aunque no debemos culpar directamente a la ciencia.

Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los países subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día la diferencia entre dos tipos de países se hace más grande. Dicho retraso contribuye a mantener e incluso a agravar la situación de dependencia de los países subdesarrollados con respecto a los desarrollados.

Como la ciencia ha pasado a formar parte de las fuerzas productivas en mucho mayor medida que nunca, se considera ya que hoy se trata de un agente estratégico del cambio en los planes de desarrollo económico y social.

La ciencia ha llegado al punto de influir sobre la mentalidad de la humanidad. La sociedad de hoy no esta cautiva en las condiciones pasados o en las presentes, sino que se orienta hacia el futuro. La ciencia no es simplemente uno de los varios elementos que componen las fuerzas productivas, sino que ha pasado a ser un factor clave para el desarrollo social, que cala cada vez más a fondo en los diversos sectores de la vida.

La ciencia trata de establecer verdades universales, un conocimiento común sobre el que exista un consenso y que se base en ideas e información cuya validez sea independiente de los individuos.

3.Avances de la tecnología

Podemos definir tecnología como el conjunto de reglas instrumentales que prescriben un rumbo racional de actuación para lograr una meta previamente determinada y que debe evaluarse en función de su utilidad y de su eficacia practica.

La tecnología es creada por el hombre con el fin de satisfacer una necesidad, esta necesidad es la causa de la evolución de la tecnología. La tecnología se encuentra en una constante evolución y los objetos que no se adaptan simplemente desaparecen, es decir, a medida que las necesidades son mayores o digamos más complicadas se necesita crear un objeto que pueda llenar el vació, el cual llega a reemplazar el anterior.

Algunos autores sostienen que el avance de la tecnología es debido a mentes privilegiadas, de genios inventores que no le deben mucho o nada a la historia. La tecnología tiene antecedentes que pueden resultar tan antiguos como la humanidad misma. Aunque los antecedentes de la tecnología se consideran mas bien como técnicas, basadas en la experiencia. (INTERNET SE BASA EN EL TELÉGRAFO, LA TELEVISIÓN, EL TELÉFONO, PERO USA FIBRA ÓPTICA).

4.Hacia donde nos dirigimos en brazos de la tecnología

Se dice que vivimos en una era tecnológica. Se imputa a la tecnología el crecimiento económico sin precedentes de los países industrializados y el aumento consiguiente de la riqueza material. La tecnología no es un hecho aislado en la civilización actual, sino que está presente en la sociedad.

La tecnología es para satisfacer necesidades y aquellos que no satisfacen las diversas necesidades, adaptándose a las condiciones de la naturaleza simplemente tendrán por suerte la desaparición.

Muchos consideran que de continuar los avances tecnológicos con el ritmo que lleva, podrían llevar a la destrucción del planeta. Pero la tecnología tiene poder suficiente para crear un gran caos, pero todo depende de la forma en que se utilice.

La tecnología ha tenido un gran auge y desarrollo, y continuará teniéndolo, pero al menos que caiga en malas manos, no creo que debamos temer.

Esta claro que entre la ciencia, la tecnología, y la sociedad existe una estrecha relación. Y esta estrecha relación podría considerarse hoy en día como indestructible, es decir, en nuestros tiempos la sociedad está tan ligada con estos dos señores que es imposible separarlos.

En nuestros tiempos todo depende de la ciencia y la tecnología, todo esta basado en la tecnología. Y cada día que pasa esta dependencia se hace mayor, algunos piensan que llegará el momento en que esta dependencia será tan amplia que entonces seremos manejados por la tecnología.

En cierta forma es cierto, hoy en día nos podemos dar cuenta que en cierto sentido somos manejados por la tecnología. Cada vez que se crea un nuevo invento tecnológico ahí estamos nosotros, nos dejamos llevar por la tecnología. Son pocos los hogares donde no hay un televisor, una radio, etc.

EL LUDISMO Y EL NUEVO LUDISMO DEL SIGLO XXI

La revolución industrial, cambió la vida de los trabajadores que se convirtieron en rehenes de esas máquinas, que los obligaban a permanecer interminables jornadas de labor, en lugares insalubres por una paga miserable, y habitando en barrios sucios y contaminados.

Buscaron, a partir de la segunda década del siglo XIX, un culpable para sus desgracias y hallaron dos responsables: los patrones y las máquinas. Los que encontraron en la nueva tecnología aplicada a la producción la causa de sus males, se llamaron ludistas, por basarse en la ideología del inglés Nedd Ludd, de dudosa existencia real, quien sería el precursor de esta ideología de defensa obrera, dirigida a la destrucción de las máquinas, cuando, según la leyenda popular, en 1779, se deshizo de un telar mecánico que representaba para él, la fuente de sus desgracias.

Amparados por la oscuridad nocturna, y ocultos tras máscaras, los obreros comprendieron que sólo luchando unidos, podrían conseguir ser tenidos en cuenta como seres humanos, y no como simples operarios generadores de ganancias, para los patrones capitalistas. Estos debieron soportar pérdidas que ascendieron aproximadamente a 100.000 libras, en Inglaterra.

El enigmático Capitán Ludd, era quien firmaba las proclamas y petitorios hacia el gobierno para lograr reivindicaciones laborales, en una época en que la expresión “Derechos laborales”, era aún utópica.

El progreso y la rapidez que significaba el trabajo industrial, representaba para los humildes asalariados, una marcha también veloz, hacia su propia destrucción, moral y material.

Los gremios de artesanos de la Edad Media habían permitido a los trabajadores, a través de una rigurosa reglamentación, organizar sus trabajos evitando la competencia y estableciendo jornadas de labor iguales y equilibradas, en ambiente familiares.

El movimiento ludista nació en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, pero pronto se extendió por toda Europa, como los sucesos de Cataluña o la destrucción de los telares de Alcoy, en España, ocurrido en 1820.

En Nottingham, ciudad del Reino Unido, una manifestación obrera, iniciada el 12 de abril de 1811, fue violentamente reprimida, y más de cincuenta máquinas, pertenecientes a William Cartwright, destinadas al tejido de medias, fueron destruidas por los trabajadores como represalia a la brutal acción contra su reclamo de trabajo, y de hacerlo en dignas condiciones. En Lancashire, Yorkshire, Leicester, Cheshire, y Derby se vivieron situaciones similares. Más de diez mil soldados ingleses, al mando de Thomas Maitland, fueron destinados a impedir la rebelión obrera.

En 1813, dieciocho miembros del ludismo fueron ejecutados en la horca por el gobierno, acusados de ser peligrosos para el estado, por aplicación de una ley promulgada por el Parlamento, a la que solo se opuso Lord Byron. Dicha norma legal había establecido pena de muerte para los que destruyeran las fábricas, o elementos de trabajo contenidas en ellas.

El 16 de agosto de 1819, las fuerzas obreras celebraron un mitin en el campo de San Pedro. Las fuerzas de caballería pusieron fin a la vida de once personas y cuatrocientas resultaron heridas, pero lograron un éxito: derogar la ley que impedía las coaliciones obreras.

Por ese entonces, surgieron los movimientos sindicales (Trade Unions) y los Partidos Socialdemócratas, que redujeron hasta casi hacer desaparecer el ludismo, que en realidad, no atacaba las causas reales del problema. La lucha estaría dirigida a partir de entonces, contra los dueños de las fábricas.

En 1836 se fundó la Asociación Obrera de Londres, que inició una lucha llamada cartismo, realizando peticiones al gobierno que fueron rechazadas.

Actualmente se ha puesto en boga el término ludista, designando a quienes se oponen al gran crecimiento tecnológico, acusado de deshumanizar a la población, contaminar el ambiente y alejarnos de la vida natural.

ECONOMÍA CIENTÍFICA